Un año después.

No sabía que me quedaba otra botella. El problema y gordo, es que la tenía mal ubicada, precisamente por no tener conocimiento de que existia, por tanto la mala conservación, ha provacado que el color se haya deteriorado y también los aromas y sabores.
No obstante estaba bebible, aunque no a la altura, ni mucho menos, de la primera botella.
Seguia manteniendo la potencia y personalidad, pero había decaido la profundidad y sobre todo la elegancia.
Magnifica aún sin conservarla en sitio adecuado.

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