Es un vino que me costó unos 10 euros en una tiendecita en Bettignies, en la frontera de Francia con Bélgica. Es muy afrutado. Me recuerda a un Rioja pero con menos taninos. Elegante y bien estructurado en boca, que deja un retrogusto largo y aromático e incita mucho a beber.
Muy recomendable.
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