Curioso este coupage de mencía y tempranillo de la Tierra de Liébana.
Es la Mencía más oriental que he probado.
Rojo intenso con ribete violaceo, de capa baja y lágrima rápida.
Nariz interesante, con bastante fruta y toques de madera (pese a la poca crianza) y ahumados.
En boca no está mal pero no emociona. Cumple. Suave, con presencia de frutas silvestres, permanecen las notas ahumadas que veíamos en nariz, final medio. Resulta ligeramente licoroso y le falta un poco de equilibrio.
No está mal esta mencía cantabra.
Por cierto, sí tiene crianza: cinco meses en barrica.
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