Un poco defraudado, sí.

Sigo pensando que este monovarietal de la bodega, es de lo mejor que saben hacer en Enate. De ahí que, aprovechando fiestas, decidimos optar por este formato Magnum. No obstante, y comprándolo precisamente en su lugar de nacimiento, ya nos avisaron que este 2002, por lo menos en estos momentos estaba ya para consumirlo de inmediato. Y no se equivocaron.
Color rojo picota, con un ribete entre teja y anaranjado muy fino en copa.
En nariz, ya deja presagiar que ha perdido en intensidad, pues no es ni de largo, como otras añadas ( por ejemplo, la de 2003, ni mucho menos la de 2001), a pesar de que sigue demostrando la fruta madura, especias y madera, esto último quizás en exceso.
En boca, fino y a la par, con una cierta contundencia. Acidez algo justa; recorrido medio en el paladar y un final ligeramente secante, bastante típico en este vino, aunque ahora, de forma menos acusada.
Coincido con algunas apreciaciones acerca de este vino, sobre que esta añada no halla sido precisamente la mejor.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar