Creo que eso que comentas pasa con muchas botellas y a veces he pensado que quizás no sea el vino si no nosotros mismos que no siempre estamos igual y nuestros sentidos no siempre están al 100%. De todas formas lo que comentas me pasó igual con el mismo vino que comentas y también del 2001. La primera fue un desastre, parecía agua, en cambio después de unos meses abrí otra en una reunión con amigos y estuvo espectacular... y no creo que fueran de cubas diferentes...