Mmmm bonitos recuerdos de paisajes vírgenes,aire puro,delfines y ballenas con sus contrastes de volcanes y sus fallas calentando las aguas del atlántico. Es un vino con sabor mas bien dulzón indicado para postres o compartir en cualquier momento del dia. En su sabor destaco el ron y las pasas. Su color me recuerda la tierra rojiza k vi en la zona volcánica y lo que me recuerda mas .... son los pensamientos de un peregrino.....haciendo el camino.

VISTA: Teja de borde ocre, de capa baja. Brillante. Limpio. Más que lágrimas, son torrentes que se deslizan sin prisas por el borde de la copa, eso sí, sin tintarla.
NARIZ: Complejísima y de buena intensidad. Con tipicidad. Recuerdos aromáticos de cerezas y pasas remojadas y machacadas en brandy, dulce de membrillo, fruta desecada y sazonada con azúcar(melón, cerezas y orejones), frutos secos y desván. Puntas, al final, de piel húmeda.
BOCA: Entrada en boca sedosa y con plenitud. Frutal. Persistente. Sensaciones de dulcedumbre y, a la vez, gratísimo amargor final que recuerda a las cerezas. Maravilloso recuerdo del energético y catalán postre de 'Mel i Mató amb panses i pinyons'. Final de cerezas en licor.

Servido a 12º resulta típico. Espirituoso y con espíritu. No empalaga. Complejísimo este Tawny. Me quedo con el postre...y, me quedo con este Oporto. No puedo valorar la RCP, aunque la presentación es excepcional, como quien me lo regaló.