Este ha sido el primer syrah no español probado por mi.
Rojo guinda de capa media, limpio y brillante.
En nariz aparecían aromas a cuadra, muy cerrado, humedad, pelo de caballo, que no llegaba a abrirse y que no nos dejaba sacar otras cosas.
En boca, en cambio, desaparecen todos los tufos de la nariz y se muestra muy goloso, casi dulce, fruta encarchada, de buen paso y gustoso de tomar.
Al final, al compararlo con el Enrique Mendoza Syrah nos gustó más, pese a esa nariz.
VISTA: Picota bien cubierto. Lagrimas abundantes y de importancia.
NARIZ: De buena intensidad. Destacan los aromas de notas especiadas dulces, como la ñora, el pimenton dulce y la canela. Puntas de pan rallado y chocolate blanco.
BOCA: Opulento. Largo. Recuerdos de gengibre con chocolate.
Vino original que con una boca encantadora hace que recuerdes aromas poco frecuentes en esta variedad, expresando terruño y mineralidad. Gustó. Hace pensar que en California tienen recorrido y personalidad.
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