Vino color picota madura con ribete rojo e irisaciones violetas, capa media, limpio, brillante y lágrima abundante y densa.
En nariz con buena intensidad, fruta madura en mermelada, cerezas y arandanos, bañado por un suave caramelo para evolucionar en una ciruela pasa y suaves tostados, con algún toque de café, fino y elegante.
El paso por boca, suave, afrutado, goloso, cuerpo medio, acidez alta, estructurado, equilibrado y unos taninos maduros y sabrosos.
Retronasal afrutada.
Posgusto, largo y bueno
...Que conste que esto no es un menosprecio, ni mucho menos que el vino no valga nada.
De primeras, creo y pienso que es mi primer monovarietal de Prieto Picudo. La verdad es que de una forma u otra, le he encontrado su puntillo.
Viste un color picota granate y tintes rubí. Lágrima casi inexistente de capa media-alta.
Descubro en la nariz, oscuridad: olivada (aceitunas negras machacadas); a veces balsámico y otras con la apariencia cierta de fruta negra dulcificada.
Nuevamente, en boca se muestra bastante dulce. Fruta bien madura y bastante flojo de acidez.
Al final, asoman las especias y las notas vegetales en el postgusto.
No sé cuánto de la variedad tienen mis apreciaciones, pero bien es cierto que tomado algo más fresco de lo normal y sin buscarle un maridaje complejo ni potente, resulta agradable.
Probaremos más de esta variedad, pues me pica el gusanillo... a mí y a mi suegro, je je...
Cereza intensa y brillante con menisco rosáceo. Capa media.
Nariz de moderada intensidad y complejidad. Especias, frutas rojas sin madurar, vegetales y regaliz.
En boca ataca sin mucha fuerza aunque se expande con firmeza. Es algo verdoso y amargoso.
Cortito de postgusto.
Si vuelvo a beber este vino lo consumiré muy fresco a ver si le encuentro más gracia. No mantiene el nivel de su hermano rosado, que es soberbio.
Otra botella probada, tras 4 meses y debido de nuevo a que tengo que hacer espacio en la cuvée.
Poco que agregar al comentario aportado, sigue siendo un buen ejemplo de prieto picudo, un color muy brillante, a copa parada alguna nota de regaliz, en boca cierta amargosidad, bastante largo en boca.
Me queda una botella, pero no creo que la guarde mucho tiempo, creo que el vino está en un muy buen momento y no creo que le quede mucho recorrido.
Después de probar el magnífico Mengoba Mencía de Espanillo, ya tenía ganas de probar el prieto picudo que realiza Gregory Pérez junto con otros socios.
Vista: Picota de capa media – alta, lagrima media que tinta la copa.
Nariz: No necesita decantación, de intensidad media, fruta muy madura, suaves tostados de la madera y especiados.
Boca: Buen ataque, potente aunque no tan “rudo” como otros vinos de la misma variedad, acidez justa y taninos integrados. Retrogusto especiado y persistencia en boca media.
Un muy buen vino con una excelente relación precio calidad.