Caminante, no hay camino

Picota brillante. Vino muy cerrado en nariz, pues tras una aireación de dos horas y media, apenas asomaba tímidas notas de compotas de zarzamoras y toques de brea. Muy licoroso, por no decir francamente pletórico de alcohol. En boca aún se siente un tanto correoso por la carga alcohólica. Al día siguiente, una notable mejora en la intensidad de aromas, con un claro predominio de la zarzamora. La boca igual, con una mejoría remarcable, con un final de zarzamoras. Un camino un tanto sinuoso el que marca este vino.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar