Pues eso, que ni con la paciencia del Santo Job hemos conseguido acabar con esos aromas a corchazo de las dos botellas que hemos abierto esta noche. No habría colgado la crítica de no haber sido porque cada una provenía de diferentes sitios, una era nuestra y la otra nos la trajeron unos amigos hace poco. En ambas los tufos son prácticamente idénticos y en boca carecen de nervio. Además la anterior entrada de Verema nos deja una opinión similar. Tonos ajerezados y húmedos que no se esfuman y que taponan todo lo demás. Una pena.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.