Con alma mediterránea

Rojo picota, ribetes cardenalicios, capa alta.
Aromas medianamente intensos, con mucha limpieza y nitidez, expresando su inequívoca alma mediterránea. Notas de frutas negras algo maduras, toques ahumados y tostados, recuerdos especiados y ligeramente balsámicos, monte bajo y hierbas aromáticas. Aparece igualmente un tenue y elegante fondo mineral.
En boca se muestra pleno, sabroso, con cuerpo, manteniendo una buena acidez y sobre todo expresándose con nobleza. Paso redondo y con peso y final amplio, con toques de frutas negras, balsámicos y minerales. Buena persistencia. Taninos presentes, todavía por redondearse, aunque siempre manteniendo las formas.
Una Cariñena que nos ofrece una versión más mediterránea y cálida que Arbossar, pero con ese sello de seriedad y equilibrio que han sabido plasmarle los artífices de este brillante proyecto llamado Terroir al limit. Tipicidad prioratina, con mucha expresión de terruño. Buen vino, quizá un poco caro eso sí (sobre los 45 euros).