Amarillo limón con reflejos dorados.

En nariz es inicialmente frutal, con notas de mantequilla y apuntes de frutos secos. Melocotón, albaricoque, fruta tropical y cítricos. Mantequilla, avellana y algún apunte ahumado. Flores y alguna nota especiada, es exhuberante y complejo en nariz. Una delicia.

En boca es impresionante, con buen ataque, estructurado y muy carnoso pero con una sorprendente acidez. Una joya caprichosa (aunque es un obsequio, creo que es bastante caro) que me hace preguntarme de donde sale esa acidez en viñas junto al mar cerca de Salerno y orientadas al sur. Un milagro, una joya. Un vino extremo meridional.

Maridará bien con platos consistentes, aves salseadas o pescados sabrosos salseados, una pasta al azafran e incluso creo que me atrevería con una pasta fresca a la trufa blanca.