¡Vaya botella!

Nueva botella de este Berg 2004 y lo cierto es que ha salido portentosa. La nariz es tremenda por su intensidad y su carácter, es puro gasoil de 200 octanos, profunda, mineral, con un fondo cítrico que cada vez se hace más evidente.
Y en boca muestra acidez, peso, amplitud, finura, es un vino redondo y equilibrado pero siempre con el peso y la seriedad de este portentoso viñedo. Persistente.
Mucho se ha hablado sobre la irregular calidad de la 2004 en Alemania, pero desde luego que tanto Dönnhoff Hermannshöhle como este Berg Schossberg han sido dos vinos brutales, de lo mejor bebido este año en blancos, al menos las botellas que hemos abierto. Para el recuerdo.

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