Es un bonito vino no obstante bastante simple. Nariz de frutas amarillas y exóticas, de flores. En boca, su estructura es sencilla, agradable; el vino muestra una bonita delicadeza de su fruta y es sencillo.
Segunda botella que tomo de este Rheingau básico. Amarillo pajizo con ribetes dorados. En nariz recién abierto predominan los hidrócarburos, pero en cinco mintutos aparecen la piña y el platano. También algún recuerdo a flores blancas. En boca es ligero, con cierta dificultad del paso del dulce al ácido. Post gusto a lima.
Excelente vino para noches calurosas y que no se tenga ningún tipo de pretensión.
Allendorf originario de la región de Rheingan, es una zona vinícola de Alemania ubicada a la ribera del río Rin, cerca de la ciudad de Fráncfort del Meno y que se extiende desde Wiesbaden a Rüdesheim. En esta región es donde se elaboran los vinos alemanes con mayor reputación y los más valorados en el mercado, como los vinos clásicos elaborados con Riesling y con viñas como las de Schloss Vollrads y las Schloss Johannisberg, o los denominados Kabinett, siendo el caso que nos trata.
Esta comarca vitivinícola fue la primera en sufir el impacto de la pobredumbre noble así como la pionera en la técnica de la vendimia tardía o Spätlese, y en desarrollar y aplicar la normativa alemana para el etiquetado de las botellas. Un hecho geográfico hace que la comarca del Rheingau tenga una buena disposición para el cultivo del vino ya que es el único lugar donde el Rin deja de correr en la dirección norte-sur, para dar un giro de un cuadrante y continuar en dirección este-oeste.
Enorme la sorpresa en un concepto cada día más habitual en estos caldos alemanes, una tremenda RCP en sus propuestas básicas. Un vino pletórico en frescura frutal y pura seda en boca.
Inicialmente nos encontramos con unas tonalidades muy atractivas, intenso amarillo de reflejos durados, buena densidad y luminoso. Su concepto olfativo lo muestra a través de un fresco, jovial y frutal abanito aromático, la fruta amarilla -ciruela- con refuerzos chispeantes de nísperos y tintes exótico de piña caribeña, conforman un perfil sumamente frutal que se encuentra acompañado por puntitas vegetales frescas y un toque mineral siempre presente en estos vinos. Fresco, fresquísimo, a base de recuerdos cítricos que aunan junto a su extraordinaria acidez hacia un final pletórico de sensaciones, el paso es sedoso dejando un rastro frutal. Simplemente una auténtica delicia.
Armonía
Una propuesta segura "sushi" donde la combinación produce un respeto común realzando ambos platos.
Color: Amarillo palido verdoso
Aroma: Intenso, frutoso con recuerdos a cítricos; piña y manzana, notas florales.
Boca: Sabroso, equilibrado y grato de beber, carnoso, frutoso con magnífica acidez y persistencia.
Es mi primer vino alemán que cato, lo recordaré.
Buena presentación de vidrio oscuro y etiqueta plata.
Amarillo-dorado con algun reflejo verdoso.
Aromas frescos los que desprende y con presencia madura de la fruta, como el plátano y la piña.
Agradable entrada en boca, muy sabroso, fruta madura y una fresca acidez, con muy buen postgusto, contínuo.
Ligero y equilibrado.