Estilo austero, conservador y blindado, pero a la vez potente y complejo en todas sus elegantes formas.

Uno de los grandes clásicos de Burdeos y que vuelvo a disfrutar 9 años después de mi última cata colgada. Nos presenta una nariz muy recta en las formas y con agradables aromas vegetales evolucionados, matices fúngicos bajo intensas sensaciones de confitura de frutas del bosque y que traslada cierta madurez frutal en su conjunto señalando elegancia. Es un vino compacto sensorialmente y en bloque, firme. Hay piedra fría, cierto carácter vegetal que recuerda muy levemente a la resina, al  tueste, carbón vegetal, creosata, los cueros jóvenes, la tela de Barbour y aromas de la serie animal que se perciben noblemente bajo una pequeña intensidad pero evidente. En boca es muy potente, poderoso, impoluto y con mucha vida por delante. Evolución donde se perciben los taninos domados pero que siguen estando muy presentes junto a la fruta y al mineral, es rico y frutal, compacto. Retronasal vegetal, especiada y balsámica. Muy vivo, con mucha botella aún por desarrollar, con ese estilo austero, conservador y blindado, pero a la vez potente y complejo en todas sus formas.

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar