Biodinámica

Limpio y brillante. Aún y cuando no pasó por madera, el Nita tardó más de dos horas para abrirse tras la decantación. Valió la pena una espera que culminó con una marejada de aromas tostados, achocolatados y frutales. Por algún momento (de euforia), la profundidad aromática (que no los aromas) me recordó a la propia de un buen château bordéles. El Nita lo encontré fresco y sabroso. Buena expresión de fruta con persistencia media. En suma, una buena hechura de Meritxell Pallejà, quien es estudiosa de la biodinámica de Rudolf Steiner y recomienda que su vino se abra en días flor, cosa que no sé cómo funcione, pero que no está por demás aprender.

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