Tocando el cielo

Amarillo dorado-ambarino, brillante.
La nariz es... de una complejidad alucinante, notas amieladas, combinadas con una gran carga floral, algo de cascara de naranja, orejones, ahumados, hojas secas, mucha piedra caliza... no se, lo que querais! Pero realmente para volverse loco.

Pero, ¿y la boca? (soltaría unos cuantos tacos ahora mismo, pero me los ahorro) El paso del tiempo ha esculpido a este vino un espectacular vestido, en el que todo esta en un perfecto equilibrio, el azucar ya apenas se deja sentir, conserva una acidez remarcable para su edad, untoso y delicioso, llena la boca de sensaciones y es increiblemente largo y mineral en el final. Un auténtico disfrute, parece increible que tenga casi 50 años!

Adictivo.

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