Cabernetea

Hacía siglos que no bebía Cérvoles. Me aficioné a él allá por el Pleistoceno, cuando viajaba un par de veces al mes a Barcelona y comía o cenaba de vez en cuando en Via Veneto. Otra vida.

La botella de hoy, un 2005, está en un formidable estado de forma y ya cabernetea. Para quien no lo entienda: saca toques sanguinolentos, a regaliz, mora y pimiento,tinta china, ahumados, carnosos, punzantes y terciarios. Se nota que proviene de una zona mediterránea, pues también enseña monte bajo (tomillo, jara...).

La boca mantiene su carácter. El tanino está ahí, el alcohol también y muestra una acidez más que suficiente. Lo demás permanece en la línea; 15 años es tiempo suficiente para saber hacia dónde debiera ir este vino. Y el experimento ha sido satisfactorio.

Final largo.

Por éste y unos cuantos más, empezó a interesarme este mundo.

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