L’Angelet 2001, años más tarde

Catado en la misma bodega del cementerio particular de Henri y Klaus, presenta a vista partículas en suspensión en una capa alta y una gama cromática que aún denota juventud.
En nariz, con una gran intensidad y después de deshacerse de unas ligeras notas de reducción, evoca torrefactos y resinas en un ambiente de frutas negras del bosque y guindas licorosas unidas al cassis, los balsámicos y la piel de animal. En conjunto es intenso, frutal y especiado.
En boca es sabroso, amplio y estructurado, con una textura que empieza a poseer una elegante sedosidad guardando todavía una suave astringencia madura de un tanino goloso que aún le alargará la vida unos años más.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar