Beber champagne beneficia ostensiblemente la salud y alarga la vida, o al menos te la hace más llevadera, que ya es.
Si abandonas la botella unos años y al abrirla se muestra así, se da por bien empleado ese tiempo. Notas oxidativas, sí, pero también a peladura de frutos secos, corteza de pan y tiza (sí, incluso un zote como yo, en ocasiones, es capaz de oler la tiza del cole en un vino). Largo, larguísimo. Quien tenga por ahí una botella que la guarde bien guardada una temporada larga porque está para durar, evolucionar y mejorar por un buen tiempo.
(PVP: 33,45 EUR)
Dorado pálido, burbuja media y abundante.
La nariz es lo que uno espera de un Mesnil. Con una intensidad media, es elegante y profunda, con toques florales, de frutas blancas frescas, recuerdos minerales encantadores, piel de cítricos y unos ligeros tonos herbáceos y anisados. Nariz llena de expresión de uno de los grades terruños del vino.
En boca se muestra todavía apretado, destacando una acidez marcada y poderosa, un paso cremoso y duradero y un final lleno de sensaciones frutales y minerales con una buena persistencia. El carbónico necesita de una mayor integración, sin duda es un vino todavía muy joven, para guardar un tiempo.
Situado entre el razonable “Hughes de Coulmet” y el soberbio “Nicole Moncuit”, este Millesimé es una magnífica obra más de este destacable productor de Le Mesnil. Ahora está todavía joven, sin duda recompensará a quien le aguante 5 añitos más. Unos 36 euros, precio más que razonable para gran nivel.
Esta casa suele ofrecer unos champagnes con muy buena relación calidad precio y una expresión del terroir magnífica. En efecto encontramos un champagne con una nariz de corte oxidativo, muy mineral marcado por notas de tiza y cal, alguna nota de hojas secas y fruta blanca. Una boca muy estructurada con gran acidez que le augura una buena vida en botella, carbónico muy bien integrado y un final largo con recuerdos minerales. Muy bueno.
Aroma penetrante. Muy vivo. Tiza muy nítida, y carácter oxidativo. Un champagne con mucha fuerza y acidez superlativa.
En boca es un champagne con mucha estructura, potente y aun joven. En este pueblo parece que no hay champagnes malos.