Una añada mítica para un vino eterno

Dorado intenso, burbuja fina y abundante.

La nariz de este vino es realmente seductora, su intensidad es media y sus matices infinitos. Comienza con una finísima reducción que va tornando en flores marchitas, fruta madura, bollería recién horneada, cítricos (pulpa y piel), anisados, manzana asada y toques de café en grano. Con el tiempo en copa muestra una enorme mineralidad y una sutil concentración frutal. Es una nariz cambiante y misteriosa.

En boca es un niño, pero con la fuerza de un elefante. Su paso es firme y redondo, la acidez es sencillamente bestial por su presencia e integración y el final es enorme, profundo, largo y eterno y nos deja una increíble persistencia mineral y cítrica difícil de describir. El carbónico está perfectamente integrado otorgando la inigualable sensación vínica que sólo puede ofrecer Krug. Todavía muy joven, para consumir en 10 años mínimo.

Krug Vintage es uno de los mejores vinos del mundo, elaborado sólo en las más excelsas añadas como este 96. Su cata es toda una experiencia sensorial que tarda en olvidarse. Ahora mismo debe guardarse pues no hará más que mejorar. El precio es inalcanzable (unos 200 euros), pero cuando lo bebes…llegas el cielo.

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