La última bomba de la factoria Ordoñez

Un vino explosivo, con mucha calidad pero con un perfil muy comercial y muy orientado al mercado norteamericano y a sus gurús (valga como prueba que las botellas que compré están etiquetadas en inglés). Cereza brillante, capa media-alta, denso. Aromas potentes a madera nueva, torrefactos (carbón, azucar caramelizado) que, aúnque agradables, enmascaran notablemente la expresión frutal de la garnacha. Pese a todo, es agradable y nítido. Sabor frutal y goloso, azucarado, con taninos de madera presentes que deben pulirse en unos meses. No es vino de guarda. Largo y gordo. Muy buen vino internacionalizado. No es garnacha al uso.