La Tipicidad de una garnacha en Madrid

Excepción para mí fue el descubrimiento de un pequeño gran vino. Estoy hablando de un vino que solamente tiene 7 meses de crianza en barrica (roble francés y americano), y sin embargo tiene una madera muy bien integrada.
También fue descubrimiento por las cualidades organolépticas y sápidas que, desde la bodega, han sabido obtener de la garnacha.
3500 botellas, mínima la producción de una garnacha vieja.

Raúl Gonsálbez, su creador, me comentaba que este vino surgió a raiz de una cosecha que él perdió a causa de una tormenta. Un buen amigo le cedió su garnacha, y de ahí salió Excepción añada 2004. La 2006 es la segunda, y no sabe si hará más, ya que este vino lleva trabajo.

Un vino que tiene un color rojo picota, de capa muy baja. Visualmente me recuerda a los vinos de Borgoña.
Tiene una nariz muy elegante, aromas de intensidad media a fruta roja como la fresa, con unas notas de lilas. La madera está perfectamente oculta, no parece que sea un vino tan joven y con tan poco tiempo en barrica. Normalmente en estos casos, la madera siempre está presente. Aquí tiene unos aromas especiados, algo de vainilla pero todo de forma muy sutil
En boca, tiene una entrada suave, carnoso, licoroso y con una excelente acidez. No tiene aristas, y como dice Raúl “Los amantes de los vinos bebibles, y algo cansados de probar vinos rústicos y ásperos, tienen aquí la Excepción”.

Este vino lo tomaría con quesos del tipo brie, con atún, foie, ahumados, caza menor.

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