Al principio nos dio notas animales, lo solucionamos con una larga espera.
El color es denso, oscuro, algo turbio.
La nariz es limpia intensa, en constante evolución, salen notas a frutos rojos maduros, muy agradable. La madera perfectamente integrada.
La boca el larga, plena, redonda y de acidez marcada.
Nosotros lo bebimos acompañado de un magret de pato, funciono muy bien.

Color rojo picota, denso y oscuro. En nariz tiene una complejidad de aromas, destacando los aromas florales, balsámicos y frutales. Elegante. En boca es un vino con cuerpo, muy estructurado, con una acidez muy integrada, con un paso de boca largo, sabroso y amplio. Con taninos muy nobles e integrados. Es una delicia y muy elegante. Bueno....!!!!

Dado que me ha resultado inevitable volverme adicto a este tinto portentoso, vuelvo a beberlo. Nada ha cambiado en estos meses. Sigue igual de fragante, puro, limpio, complejo y profundo. En boca la misma complejidad y frescura. La variedad en su versión Ródano en estado puro.
Tal vez la única dieferencia es que esta botella no necesitó tanta aireación para expresarse. A pesar de todo pasó por el decantador y se ganó dos buenas horas de aire.
Delicioso.

Rojo picota de ribetes amoratados capa alta. Presencia de precipitados.

En nariz se muestra muy reducido, con notas animales en el inicio. Necesita una buena aireación. Tras tres horas comienza el espectáculo. Es intenso y sus aromas son embriagadores. Toques florales de violetas, aceitunas negras (tapenade), confitura de frutas negras, notas minerales de grafito y alquitranes, carne cruda, bacon, caja de puros, café en grano. No para de darnos nuevos matices. Impresionante expresión varietal y de terruño.

En boca es la redondez absoluta. Limpio, con una fantástica acidez, paso firme y final largo, amplio y enorme de frutas negras y sensaciones minerales. Taninos perfectamente integrados en el conjunto. Profundo y muy persistente. Se bebe bien ahora, pero mejorará con un tiempo más de botella. Te hace olvidarte de la comida.

El otro día señalaba a Rayas como una perfecta expresión de la garnacha. Ahora lo hago con este vino sobre la Syrah. Esto es Syrah, ni más ni menos. Lo demás son imitaciones. Vino grande de verdad. Me costó 45 euros, no es barato, pero es el mejor tinto que he probado en esta gama de precios. Sobran las palabras. Grandísimo.

Al descorchar y decantar tufos de reducción a discrección. Démosle aire. 3 horas después limpio, expresivo, puro. A las 5 horas a la copa. No creo exagerar si confieso que esta es la expresión más limpia, profunda y pura con la nunca me he topado de la variedad. Nariz muy perfumada y elegante dominada con encanto por sus notas florales, lilas, violetas, y minerales. Fondo de fruta roja fresca, leves recuerdos de montebajo, balsámicos.
En boca, elegante, con refrescante acidez, se mastica de nuevo el terroir, ya maduro aunque con mucha cuerda. Largo, muy, muy persistente.
Cualquier cosa menos rústico, y eso que viene de Cornas, una zona con reputación de antaño, parece que ahora el asunto ha cambidado, de vinos recios y excesivos.
Vino de terroir de punta a cabo. Esto unido a mi debilidad por la variedad en cuestión lo convierte en pura magia. De los que no se olvidan.