Un tinto por descubrir, familiar y de terruño.

Comentario
Su etiqueta llama poderosamente la atención, -amén de su nombre Seda-, donde aparecen 24 mariposas, todas ellas numeradas. Esto produce un interés en el consumidor, bien por el paralelismo del Regajal por su ubicación en una reserva natural de mariposas, o por la adicción de sus bodegueros a este capricho. Un vino muy familiar, fiel al nombre de la bodega -Viñedos familiares-, poco conocido y no muy fácil de conseguir, quizás ofrezca un plus, que levante ciertas expectativas y esto puede no resultar beneficioso para quien cata un vino por primera vez. En esta ocasión contrasta el capricho con su contenido. No esperemos un garnacha profundo y difícil de catar, sino lo contrario, nos encontramos con un garnacha de calidad, franco y sincero, hecho con mucha honestidad.
A destacar...
Su frescura y redondez en boca, así como una nariz equilibrada entre la fruta y las notas terrosas.
Cata y armonía
Visual de buena intensidad, picota con relejos rojizos. Nariz delicado donde las notas florales emergen con prontitud, para extender un manto lleno de frutilla negra con toques de configura -ciruela, moras-, bien arropado por la sensación que solo unas viñas viejas pueden aportar -terruño- toques minerales. En Boca se muestra especialmente fresco, muy equilibrado en su conjunto, taninos dulces y maduros bien pulidos, acidez bien integrada, resultanto muy grato al paladar que invita a beber. Debido a su frescura y volumen en boca, sería el acompañante ideal de un foei o arroz caldoso.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar