Reserva 1987. Un vino sin vida.

Un vino practicamente sin vida pero al intenta añadir nueva cata, me remitia al Gran Reserva de la misma añada y peor que su hermano mayor de la lectura anterior.
Presenta un color rubi con ribete teja y capa baja.
Aromas de muy baja intensidad, sin rastro de frutas y notas a madera vieja y cuero.
En boca presenta una marcada acidez, poca persistencia y final ligeramente amargo.
Y poco más que añadir a un vino que paso su época de gloria y que en nada se le parece al que fué.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar