¡Qué barbaridad!

Este amontillado es difícil de describir desde el primer momento.
Color caoba con reflejos ambarinos.
Nariz de excelente intensidad, manteniendo esa nariz punzante del acetaldehído, de esas notas marinas, de agua salada, de herrumbre, barniz y madera de balsa, notas de arrope y de pan tostado.
En boca la acidez es perfecta para soportar todo el empuje que tiene tras de sí. Esas notas de sal marina, con el recuerdo yodado por retronasal, de mermelada de ciruela pasa... Un vino complejo, de meditación.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar