Delgado Zuleta Amontillado Viejo

Muchas veces hemos oído razonar sobre el honor que supone para aquellos que son dignos de llevar las hojas de la especie "Laurus nobilis" en sus cabezas; este laureado "Amontillado Viejo" de Delgado Zuleta es digno de esa gloria. Bebed a tente bonete sin que nadie se atragante.
Engendrado por mosto de palomino fino, cubierto por un velo vaporoso de tela de flores y lenguas que lo envuelven durante días claros donde viven las levaduras y largas noches donde duermen los querubines.
Un "Amontillado" inicialmente es un fluido cerrado que necesita respirar y tener comunicación con el aire exterior, el mismo aire que es su fiel amigo y a la vez su más acérrimo enemigo; no todo el mundo puede vivir de aire como los camaleones.
El contacto con el aire oxida la llave de las puertas del cielo, armadas con duelas de barricas de roble americano; el espectáculo comienza a convertir el cuerpo gentil del vino como si fuera fruta verde, sólo la paciencia del tiempo podrá convertir en dócil al animal salvaje, reprimiendo el instinto y la pasión hasta contenerlo dentro de esta maravillosa botella.
Color ámbar con reflejos de cobre, limpio y brillante.
En nariz es intenso y profundo, aromas de ebanistería y barniz, en otro plano encontramos notas de frutos secos y frutas escarchadas, calabazate, caramelo de toffee y mucho yodo.
En boca es fresco y elegante pero intenso y con mucha personalidad, cierto amargor que refresca el conjunto, impactante y mentolado, largo y duradero, más que un día sin pan; final salino, te hace salivar y te hace cosquillas en la punta de la lengua.