Con la mosca detrás de la oreja tras la evolución de otro vino del Priorato y sin perder de vista mi absoluta desconfianza sobre esta añada en general abro esta botella a ver qué hay dentro.
Sorprendente de todo punto. El vino está absolutamente vivo y en un estado que me parece juvenil. Orejones, miel, peladura de cacahuetes. En boca estas sensaciones van acompañadas de un ligero amargor y por encima de todo destaca una acidez más que reseñable. Desde luego si alguien tiene alguna botella y tiene dudas de si abrirla ya o esperar puede hacerlo tranquilo, porque ahora mismo está más que vivo.
Acompañó de forma destacable unos cardos salteados con jamón a la crema y huevo escalfado.
Me ha gustado el vino, no obstante la RCP no es todo lo buena que desearía. Por unos 20 EUR se hace caro.
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