Hace años que tenía esta botella en casa y estos días navideños me he animado a abrirla.
Original presentación de una botella jerezana. El corcho-tapón está sellado con un candado para que no se pueda abrir. Solo el poseedor de la llavecita. Corcho muy impregnado.
A la vista un color yodado de capa alta. Limpio y brillante. Con una lágrima muy densa, muy lenta y muy abundante en su carrera por el cáliz de la copa, al que tinta. Ribete: yodo.
En nariz abundante fruta de corteza de naranja escarchada, miel, orejones, uvas pasas, higos pajareros pasos y ligera canela en palo.
En boca muy untuoso, casi gelatinoso, muy frutal, elegante, equilibrado, con mucho volumen en boca, maderizado y licoroso. Con un dulzor que no empalaga. Mantiene una acidez que le dará eterna vida. Muy grato, frutal y goloso paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,15 minutos.
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