Un vino muy complejo, comenzó con olores reductivos que fueron desapareciendo con el paso de los minutos para aparecer olores muy marcados a cacao y torrefactos. Al seguir los minutos aparecen olores casi indescriptibles de fruta muy madura, cerezas, ciruelas muy concentrado, muy vivo. En boca es muy amplio, mucha fruta negra y chocolate, especies y notas a madera fina. Postgusto largo, y equilibrado.
El tiempo ha dividido la propiedad de donde sale este vino, y hoy existen tres terroirs excepcionales: la finca de Viñedo Chadwick está en medio de Almaviva y de Don Melchor.
Un vino complejo, fuerte al inicio, con notas de caza, almendras tostadas, cacao y silla de montar. A decantar. Dos horas después, en el paladar es elegante como pocos cabernets que yo recuerde; ofrece tantas capas de fruta negra carnosa, té negro, chocolate, suaves mentolados y especiados, que pensé traía carmenere, por Dios...Lo esperaba más tánico, pero su estructura y acidez hacen de este vino una delicia. Retronasal espectacular, amable, largo, de una fruta que crece sin desbordarse. Errázuriz pone mucho orgullo en esta botella, que por cierto es el vino más caro de Chile y que se alinea junto con Almaviva y Clos Apalta como el Triunvirato de los Andes. A beber con las oberturas de Richard Wagner.
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