Rojo cereza de capa media con ribete granate claro.
Nariz de media intensidad, con notas de fruta roja madurita, flores secas, tabaco habano húmedo y un leve aroma de la serie animal de mediana persistencia que también se percibe por vía retronasal y que con la aireación tiende a desaparecer. Hojarasca y especias dulces ( pimentón ), algo de algarrobo y una vegetalidad latente que se conjuga con la naranja pocha recordando a los dátiles y los aldehídos.
En boca es rico, ligero, frutoso, con paso de notitas amargosas de regaliz y caramelos de grosellas. Posgusto donde se posa algo de sequedad y también esa fruta roja escarchada con los matices especiados dulces y de fruta pocha. Correcta persistencia.
Un vino de un perfil ligero, comedido, equilibrado, gastronómico y que huye de excentricidades tánicas y frutales pero con cierta complejidad. Hay equilibrio aromático y sápido, donde la frescura acompaña al desarrollo del vino en boca percibiéndose cierta influencia terciaria y de la serie animal que se conjuga con los matices de las grosellas y los aldehídos. Le viene muy bien 20 minutos de aireación y degustarlo a +- 15º. Una curiosidad para empezar a descubrir las nuevas elaboraciones de Garnacha de altitudes altas y en este caso concreto de la Sierra de Gredos que forma parte de la Comunidad de Madrid. Bodega dentro del paraguas de Alma de Carraovejas.
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