Los beaujolais blancos me parecen rarezas. De hecho, hasta hace cuatro o cinco años no los conocía. Podríamos decir que de lo que he bebido, siempre los he notado algo más opulentos que sus hermanos mayores. Este Pierreux 2019 (he probado también 2017), cumple con la regla: flores (silvestres y de invernadero), fruta tirando a madura (que no fofa), algún balsámico y piedras. Rico, económico (sobre los 14€) y polivalente. Habrá que ir ahondando en ellos.
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