Sorprende en nariz, inicialmente con notas reductivas que van dando paso a notas de hidrocarburos, fósforo y tiza. También flores y fruta blanca. Intensa y compleja. Diferente. Si acaso la mineralidad tapa en exceso la fruta.
En boca entra muy fresco, ligero, casi “etéreo” con algún recuerdo goloso, como de fruta tropical o almibarada, pero por encima sigue mandando la mineralidad, sabrosa y persistente. Llamativamente ligero de cuerpo pero transmitiendo las sensaciones de un vino más potente y complejo y con buena acidez.
Con el tiempo en copa aparecen los cítricos en el posgusto; no tanto en nariz, que sigue dominada por la mineralidad.
La botella que tengo carece de etiqueta trasera y en la frontal no figura el contenido alcohólico, pero leo que tiene 12.5º.
Me ha gustado mucho: un vino elegante y diferente. Pero a más de 70 euros la botella la RCP se resiente.
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