Muy bueno

Aunque había oído hablar de los vinos de Paul Hobbs, nunca había probado ninguno y he tenido la suerte de empezar por una buena cabernet.

Lo primero que sorprende es su capa media, de un color oscuro con irisaciones grisáceas, limpio y brillante.

En nariz sale austero (que no cerrado), con matices sobre todo minerales: mina de lápiz y sal. Aparte de eso, flores y fruta negra en óptimo estado de madurez.

La boca es de estilo tradicional, con una buena acidez de las que hacen salivar, tánica y con unos ciertos tostados que no agreden. El alcohol tampoco se nota demasiado.

Postgusto largo y pedregoso.

Para lo joven que es, me ha parecido excelente.

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