Picota intenso con ribete violáceo. Nariz de poca intensidad, en la que predominan los frutos rojos (frambuesa), aunque también hay fruta almibarada y notas lácteas (leche y mantequilla). El tostado de la madera, discretísimo, se situa muy atrás. El ataque en boca es fresco, ácido. Leve astringencia. Seco y de estrucura media. Aceptable persistencia.
Un vino más que apto para bajar la comida de entresemana (a mí me ayudó con unos humildes -y estupendos- raviolis con jamón). No guardar demasiado.
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