Sigo aprendiendo del lado blanco de la fuerza con esta Chenin Blanc del Loira.

En nariz, muy compleja, te asalta (este no es ascético) con hidrocarburos y mineralidad de todo tipo además de aromas melosos y cítricos. También fruta de hueso y algo de fruta tropical o exótica (piña).

En boca entra untuoso y con retrogusto cítrico a tope (mucho limón), fresco, ácido, todavía joven (posiblemente demasiado, este 2020 que seguro que tendrá buen recorrido en botella). También me llegan frutos secos en el posgusto. Persistencia media, quizá un poquito corta. Le resta puntos.

Al segundo día me da también manzana verde (que me despista con la Chardonnay, porque esto es 100% Chenin) y los aromas de hidrocaburos se han matizado bastante, aunque siguen al agitar la copa. Sigue muy cítrico y refrescante.

No he encontrado dato alguno sobre la crianza aunque es obvio que tiene barrica, pero no es excesiva ni obstructiva sino bastante respetuosa.

Me ha servido para celebrar la victoria de la Selección Femenina en el Mundial de Fútbol en Sydney. Aúpa España!