Una rareza

De los vinos dulces más raros que recuerdo haber catado, raro no es sinónimo de que no me haya gustado. Dicen que la viña de dónde sale este vino se quemó hace algunos años y ahora solo salen alrededor de 300 botellas.

De color rosado intenso.

En nariz hay aromas difíciles de descifrar, diferentes, como aromas metálicos y salinos que normalmente no aparecen en un vino dulce, a esto se suman los aromas florales, la fruta cítrica recordando el pomelo y afrutados de orejones, amielados.

En boca destaca por su frescura, es un vino de altura (1300 metros) y se nota, la mineralidad esta muy presente, cítricos de piel de naranja, la fruta cambia con respecto a la nariz y recuerda las fresas, amielados, final largo con equilibrado entre el dulce y el amargo.

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