La familia del bicho, de la dama dama, el gamo incrustado en el escudo desde 1350, inquieta y arraigada en la Borgoña; en 1831 se arma la bodega y comienza la elaboración de la bebida de reyes y campesinos, democracia líquida. A partir de 1900 adopta una mirada transatlántica, la visión de aquellos hombres que consideran la pobreza como un pecado.
Borgoña es patrimonio cultural de valor universal excepcional, reconocido por la UNESCO el 4 de julio de 2015, se incluyeron los "climats" de Borgoña en su lista de Patrimonio de la Humanidad. Larga vida a la cultura del terruño y a la gente de buen clima.

La huella de la familia Bichot marca la Borgoña de norte a sur, el Mâcon y Beaujolais son la parte austral, el lado austero donde sopla el auster, el viento del sur de mediodía portador de muerte; Philippe The Bold intentó apagar el brillo de la gamay sin éxito, hoy en día vuelve a teñir de verde las colinas del Mâconnais.

Sólo 27 pueblos del Mâconnais pueden poner su nombre junto a Mâcon, uno es Chardonnay, símbolo de la simbiosis entre pueblo y uva; otro es Pierreclos de donde sale este vino: Albert Bichot Mâcon Pierreclos 2021. El trozo más grande de la Borgoña con el vino como liturgia y rito.

Color rojo cereza de capa media-baja, ribete color púrpura, limpio y muy brillante.

En nariz es un estallido de fruta, fresa silvestre, cereza y ciruela de fraile rojo, tiene un trasfondo de especias como la pimienta rosa y el clavo de olor con un punto de botica.

En boca es muy fresco y ácido, vino de sed y de chiringuito, suave y directo, fluido y con buena presencia, del fondo de paladar, salivando-salivando termina en la punta de la lengua picando.