Un riesling seco (trocken) a partir de las viejas parcelas recuperadas en el viñedo Krover Steffensberg. Daniel Vollenweider de se ha ganado una gran reputación en poco tiempo como productor de grandes Riesling. En las escarpadas laderas del Mosela se mantienen bajos rendimientos por hectárea en pizarra, lo que da mucho sabor y longitud a los vinos. Junto con algunos otros viticultores, está comprometido con la preservación de los viñedos muy empinados del Mosela. Todo tiene que hacerse a mano porque la pendiente es demasiado empinada para la mecanización. Color amarillo dorado limpio. En nariz aromas a flores, uva, fruta madura, muy cítrico, mineral y notas de hidrocarburos. En boca entra suave y envolvente, muy redondo, frutal, graso, una gran acidez. Es un Riesling mineral seco con aromas de finas hierbas, fruta amarilla madura, un Riesling hermoso muy concentrado y con un largo final. Muy joven todavía, pero es fantástico, con el tiempo será demasiado..... Es una gozada probar estos vinos de esta bodega.