El ejemplo perfecto de Shiraz australiano. Y encima, con años.

He bebido bastantes botellas de este Standish 2005 que compré a buen precio en Inglaterra durante mi última estancia allí hace ya cinco años. He encontrado ciertos altibajos entre las botellas pero incluso la peor de ellas me ha parecido un vino excelente. Y las que han salido buenas…

Como la de hoy. Estratosférica.

Exuberante en nariz, con fruta roja y negra muy madura, ciruela compotada, y aromas intensos de café, cacao y sobre todo tabaco y caja de puros, cedro y hojarasca. También aromas balsámicos, tinta china, y humo, aparte de tostados y piedra mojada. Un espectro súper-amplio.

En boca entra con buen cuerpo y totalmente integrado, es como una crema. El tanino muy sedoso y el alcohol (que con 14,5 grados está muy por debajo de lo que se solía hacer en Australia por aquellas fechas) también muy redondeado y sin punta alguna. La persistencia es larga aunque menos largo que el 2018 que bebí hace un año y que me pareció de los mejores vinos que he bebido en mi vida (por algo se debió llevar los 100 Parker el 2018).

Sí es un vino contundente, una “bomba” de fruta (aunque ya va decayendo) con mucha extracción. Pero ni mucho menos es el típico Shiraz australiano todo extracción pero sin amplitud. Este Standish 2005 es todo elegancia y riqueza de matices tanto en boca como en nariz.

En fin, que me alegra que todavía me queden unas cuantas de este 2005 aunque las estoy bebiendo ya a buen ritmo porque creo que está ya iniciando su decadencia. Elegantemente, eso sí; como decían en Toy Story: "cayendo con estilo".

Mientras tanto, esperando a los 2017 y sobre todo a los 2018 que van mejorando sin duda en botella.