Viñedos de 100 años

Es el primer vino que la bodega identifica formalmente como vino de paraje, de viñas de 100 años de antigüedad, por cierto, una botella muy bonita con recuerdos a sus orígenes.

Capa muy alta, borde grante con una lágrima abundante, lenta y glicérica.

En nariz tiene una intensidad media, costó bastante que se abriese y empezase a expresar su diversidad, buena integración entre fruta y madera, toques vegetales, recuerdos a pegamento, balsámico, especiado fino, con el tiempo afloran y cobran protagonismo, los toques perfumados y florales.

En boca tiene una entrada densa, es un vino grueso, con cuerpo, envolvente, persitente, buena acidez, taninos integrados, gustoso, post gusto largo y sabroso.

 

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