Cuatro días lleva abierto el vino y va creciendo sin parar.
Oro viejo que se ha ido tornando algo más turbio desde la semana pasada. Limpio y con una grasa propia de este tipo de vino.
La nariz es muy bonita y como ya he comentado, ha ido desplegando matices desde que lo descorchamos; de los cítricos del primer día (que aunque todavía están, ahora están más camuflados por otros toques), hemos pasado al hinojo, a la flor marchita, a la panadería y lácteos, a los punzantes y a la madera vieja. Todo apoyado en una mineralidad muy presente.
Boca fina y cadenciosa, con un deje a flor que le otorga frescura y nos deja con ganas de seguir bebiéndolo. El alcohol se muestra en su justa medida y posee una acidez notable.
Final largo con recuerdos a nata, brioche, pimienta y piedras.
Hacía bastante tiempo que no probaba nada de este productor y sigo opinando lo mismo que hace años: elabora de maravilla, es un fiel exponente de la zona y aunque ha subido precios, aún es pagable.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.