Un clásico riojano

Me gustan mucho los vinos de la bodega, desde los Muga básicos, pasando por Prado Enea (quizá el mejor RCP), Torre Muga y por supuesto Aro. Decía alguien hace poco, que este Torre Muga era el que menos perfil riojano presentaba y no soy capaz de rebatirlo, ya que nunca los he catado todos a la vez, pero de lo que sí estoy seguro es de que este 2019 ya no es que muestre auténticas señas de identidad, sino que además, yo lo clasificaría como de estilo clásico; no hablo de lo cubierto que está, ni de sus 14.5º, sino del lo que hay detrás, de la impronta que te deja: violetas, fruta roja y negra, canela, balsámicos, madera vieja, sangre, tabacos y mineralidad. En boca es potente, aterciopelado, licoroso pero con buena acidez y muy largo, largo de verdad. ¿Que tiene que integrar la madera?, sí y estoy seguro de que lo hará ¿que tiene algo de alcohol?, si lo tiene, no se lo notamos tanto. Creo que irá a más durante décadas. El final es profundo y tiene un carrete enorme. Sé que es difícil porque éste es un mundo enorme, pero revisitar de vez en cuando este tipo de etiquetas, nos da mucha perspectiva.