Consciència Còsmica 2019

En la contraetiqueta del vino podemos leer: "Cuando la presencia es total y sentimos que el amor es lo único que nos pertenece. Cuando recordamos que todo nos ha sido prestado. Cuando el conocimiento toma cuerpo en la acción y producimos el cambio que nos transporta más allá de la materia, más allá de lo conocido... Este vino es una puerta de entrada a los cielos Cósmicos. Gracias universo por hacerlo posible".
Un vino que nace para rendir culto a la cariñena gris en estado puro, en un terruño de altura y de granito arenoso, en una zona virgen del Empordà con un clima mediterráneo prepirenaico.
Un vino elaborado por Salvador Batlle Barrabeig en su bodega Còsmic Vinyaters, una tirada experimental de sólo 450 botellas; esta joya es un presente del gran Joan Gómez Pallarès, experto degustador, escritor y descriptor de vinos respetuosos, de mínima intervención como éste, un premio excesivo por la charla anual que tenemos en nuestro garaje, intercambio de palabras entre tragos ancestrales que alimentan mi alma y me ungen de humildad.
Color rojo anaranjado con el ribete de oro blanco, limpio y brillante.
En nariz destaca la presencia de manzana Royal Gala, en un segundo plano encontramos aromas de frutos rojos como las frambuesas y fruta blanca como el membrillo y el azufaifo con un trasfondo floral cítrico de pomelo rosa. Es un vino de otoño, de su característica luminosidad, de tierra húmeda, de cielo rojo, de hojas secas; un vino a camino entre la reflexión melancólica y la exhuberancia de la vida natural después de la mágica lluvia, la única que puede curar las heridas de sol, el cíclico renacimiento mediterráneo.
En boca es fresco, crujiente y chispeante, juguetón y delicioso, con una buena acidez y una sensación amarga que aporta un plus de frescura generosa, lligero y delicado, un vino de noche estrellada, de una noche libre, sin contaminación lumínica, una noche de cielo despejado y de sueños posibles.