Vino encerrado en una botella borgoñona que está vestida con una sencilla etiqueta de diseño moderno y con algo de color. Correcto el corcho que la cierra, la cara que ha estado en contacto con el vino está tintada y tiene escrito landón.
A la vista un color rojo picota de capa media alta. Limpio y brillante. Con una buena, abundante y lenta lágrima en su deslizamiento por el cáliz de la copa y al que debílmente tinta. Ribete granatoso.
En nariz frescas frutas rojas, notas balsámicas, vinoso, con la madera de su crianza integrada y sin destacar. ¡Manda su fruta roja!.
En boca es franco, frutal, honesto, con la madera sin destacar, con notas balsámicas y un muy ligero monte bajo. Tiene los taninos bastante domados y manteniendo una fresca acidez que invita a beber y que le dará 3-4 años de vida en buena forma. Grato, fesco y frutal paso de boca. Es un vino largo. Me da una permanencia de 2,30 minutos.
La pegatina indicando la puntuación del vino, según una guía española, está hinchado a mi modesto entender.
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