Rojo picota de ribetes cardenalicios y capa alta casi impenetrable.
En nariz nos da notas típicas de un vintage joven, con mucha fuerza e intensidad. Fruta negra madura y casi pasificada, cerezas en licor, toques minerales (grafito), betún, tinta china, regaliz, vainillas, torrefactos, ligero deje especiado (pimienta negra) y un fondo ligeramente alcohólico que no desagrada, pero que nos muestra lo pronto que lo hemos abierto (y es que cualquiera aguanta 20 años).
En boca es un vino potente, tremendamente estructurado, amplio y muy profundo. Llena el paladar y pasa de forma sedosa y limpia y en el final nos muestra su tanicidad y potencia, pero eso sí, bien entendida. Es largo en el posgusto, muy persistente y nos deja un recuerdo dulce de esa fruta pasificada.
Burmester es una de las grandes casas de Oporto y su vintage, sin ser el más grande, está entre los elegidos. Como cualquier vino de este tipo, abrirlo con menos de 20 años es casi un sacrilegio, pero nos ha mostrado sus innegables virtudes. Esto es potencia de verdad. Un gran vino.

Cereza picota totalmente opaco, minúsculo borde ligeramente morado, impresiona pensar que ese color es el resultante despues de mezclar el mosto con un 20% de alcohol (que es transparente). Aromas contenidos, apretados, de fruta muy madura (ciruela, mora) al borde de la pasificación, notas de regaliz y violetas, alguna nota peculiar (basculando entre la atracción y el defecto) medicamentosa o de fruta muy pasada. Tambien algún fondo de madera y un deje especiado. En boca es de buen cuerpo, con paso sedoso y algo astringente (aceptable), con tanicidad y potencia, dulzor contenida y buena acidez. Final de fruta madura y regaliz bastante larga con el toque ardiente de casi cualquier Porto.