Curiosa mezcla de variedades (PX y verdejo) y de elaboración, tiene un poco de carbónico. Es un vino fácil, pero que para según que momentos puede ser muy apropiado.

Lógicamente la variedad PX tiene mucho más protagonismo que la verdejo, está última aporta acidez y aromas. Dominan los aromas de higo pasa y dulce de membrillo, los amielados y los cítricos, recuerdos de flor de azahar y de fruta como la manzana y el mango maduro.

En boca es divertido, sabroso, no empalaga, la acidez y el carbónico se cuidan de eso. Floral y afrutado.

Estás comiendo. Tus hijos están bebiendo un refresco y les recuerdas que os ganáis la vida vendiendo vino. Te responden que no les gusta el vino que vendes... Y te pones a pensar qué hacer para que tomen vino, tu vino... Y pruebas, y pruebas, y te sale este vino ✌🏻🍷 Esto es lo que me contó mi tocayo, Francisco Robles, en la BWW el lunes pasado. Al final, se trata de que los jóvenes se adentren en el mundo del vino, ¿no? 😁

Suave, fácil, refrescante, con ese aroma sutil a pan de higo típico de la Pedro Ximénez 😋

No pretende ser un vino para enófilos. Es la respuesta de un padre al dilema planteado por sus hijos. Un vino agradablemente dulce, para tomar fresquito en la terraza. Una alternativa a esos refrescos que toman nuestros hijos tan a menudo para nuestro disgusto.

Visual: Color ambar, burbuja visible, y espuma al servir.

Nariz: Media intensidad, de fondo lo que se espera de un dulce, fruta escarchada orejones, naranja, mandarina, por encima aparece manzana verde, piña, fruta tropical, especias dulces.

Boca: Bien de acidez, cuerpo medio, fruta escarchada, especias dulces, manzana asada, con el carbónico muy presente.

No me ha gustado, con todos mis respetos y seguramente falta de conocimientos me parece un rebujito de vino dulce.