Mejor que hace un año

La última vez que bebí este vino fue en agosto de 2020, es decir, prácticamente hace un año. El color y la presencia visual se mantienen intactos. Igual de limpio y sin poso. Es sin embargo en nariz y en boca donde notamos que ha cambiado. Olfativamente ya no detectamos tanta fruta roja. Esos matices, aunque continúan, se han vuelto más austeros y minerales. Con los sabores nos pasa algo parecido: los toques jugosos anteriores han tornado hacia un carácter más vertical y “delgado”. Donde antes a ciegas podríamos haber dudado entre tinto y blanco, ahora ya no pensaríamos en nada de color rojo. Sube un escalón, veremos qué pasa en 2023.

Recomendado por 1 usuario

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar