Dorado anaranjado. Glicérico, limpio y con brillo.
Nariz intensa desde que lo hemos descorchado. Especias de monte bajo, cítricos, fruta madura, plástico quemado, vainilla y piedras al sol.
En boca es un vino contundente. Muestra unos 14º que aun enfriándolo se siguen notando, madera nueva en forma de lácteos fruta exótica y una acidez más que notable. La materia prima denota una gran calidad.
Final largo.
Un blanco masculino y serio del que estoy seguro de que tiene que mejorar mucho con la guarda. Portugal tiene mucho que decir con esas uvas tan especiales.
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